DECEPCIÓN

Decepcionada y cabreada con los políticos que consiguieron amplio respaldo en las urnas y no son capaces de alcanzar un acuerdo. Están más interesados en lo cortoplacista, en la situación de sus formaciones, en culpar al resto de la falta de acuerdo, en qué dará más votos si hay elecciones. Están consiguiendo hartar a la ciudadanía. Lograrán un aumento de la abstención. Pero parece no preocuparles las consecuencias. Ninguno está dando la talla. Me hastía que los seguidores de cada partido en lugar de exigir a aquellos a quienes votaron se dediquen a criticar destructivamente al resto en lugar de exigir a los suyos y hacer críticas constructivas. Las mentiras y tergiversaciones calan profundamente. ¿Cómo podemos ser tan ingenuos, tan manipulables? Quizá solo tengamos lo que nos merecemos. ¿Volverá el PP a ser el partido más votado? Seguro. ¿Seguiremos con las mismas políticas y plegándonos a las exigencias de austeridad suicida de la troika? Lo más probable. ¿Aguantaremos otros cuatro años las políticas de la derecha? Sin dudarlo, este gobierno tendría que haberse ido el primer año de su mandato pero la actitud social les ha demostrado que somos capaces de aguantarlo todo sin rechazo.

Decepcionada e indignada con la actuación de esta Europa respecto a los refugiados. Se ha  gaseado a familias incluidos bebés sin ninguna consecuencia para los responsables. ¿Algún responsable político o policial se está molestando en intentar averiguar donde están los miles de menores desaparecidos? Se devuelven a un país en guerra a los que huyen de la misma. Se les deporta a Turquía país que no respeta los derechos fundamentales sin que importe qué destino les espera. ¿Dónde ha quedado la humanidad, dónde perdimos los valores humanos, dónde está la exigencia ciudadana para que esto no ocurra? ¿Qué pasará cuando esos menores que estamos maltratando sean adultos, qué recuerdos y traumas van a albergar de lo que les estamos haciendo padecer? Sembramos el odio del mañana y mientras somos cómplices con nuestro silencio.

Decepcionada de que nos traguemos todos los espectáculos y demos por buena la mentira a la vez que nos negamos a creer la realidad. Los llamados papeles de Panamá que ocupan el foco mediático ¿qué ocultan en realidad? Mucha publicidad, horas de tertulias, columnas… ¿Hay algún detenido? ¿Va a haber consecuencias para los implicados? ¿Las arcas públicas recuperarán lo defraudado? No pasará nada se quedará como la lista Falciani en su momento, prácticamente en sólo “algo”. Me inclino a creer más que como apuntan diferentes voces es una estrategia yanqui para desviar los fondos a sus propios paraísos fiscales. Salvo en España, en otros países donde responsables políticos aparecen en los famosos “papeles” la ciudadanía se ha rebelado, y yo me pregunto ¿es parte de la estrategia conseguir que la sociedad desconfíe de la clase política, que haya una rebelión local que se generalice, que se tienda a reforzar así la defensa de argumentos a favor de gobiernos de tecnócratas en lugar de los que aparecen como presuntos corruptos? ¿Buscan los EEUU debilitar y desestabilizar a la UE facilitando la usurpación de la soberanía nacional en pro de los interesados en que se firme el TTIP y TiSA? ¿Qué intereses favorece el auge de la extrema derecha? ¿Por qué en este momento salta el escándalo?

Algo se mueve, algo que queda oculto tras los bombazos informativos, y no será bueno. Hemos perdido derechos laborales, de libertad de expresión, se instaura la exclusión de los colectivos más vulnerables, no se respetan los derechos humanos. Todo sucede ante la impasividad de la mayoría. Nos conducen a sociedades donde los servicios estén privatizados y sólo puedan acceder aquellos que económicamente se lo puedan permitir. Precarización de la vida en todos sus aspectos. Quienes sacarán beneficio serán las empresas, las grandes, las multinacionales. Que los lobbies convivan con políticos en los parlamentos e influyan en las decisiones  es preocupante. Que se legisle para permitirles más rédito a costa de que la mayoría se empobrezca atemoriza.

Decepcionada con la alienación de esta sociedad. Con la apatía generalizada que permite que actitudes xenófobas, racistas, misóginas, discriminatorias se propaguen en este excelente “caldo de cultivo”. Asqueada de que personajes y personajillos “famosos” sean aclamados a las puertas de juzgados o centros penitenciarios ya sean culpables de homicidio, estafas, delitos fiscales… De que se convoque una manifestación para apoyar a participantes de un programa basura y cuando hay una protesta por algo serio y relevante vayan los de siempre. Jóvenes en casa de sus padres porque no pueden independizarse, que se harán mayores sin haber tenido descendencia aquellos que lo desean, por falta de medios e ingresos.

Decepcionada, cabreada, indignada, asqueada y atónita porque no me puedo creer lo que estamos viviendo. Quédense en su sillón viendo programas patéticos y de mal gusto, tragando la información manipulada, criticando a la poca gente con conciencia social. No entendemos que la vida es como el cultivo se recoge lo que se siembra (y no siempre), pero lo que está claro es que sin semilla no hay fruto.

Nunca es tarde para reaccionar. El tiempo juega en nuestra contra, cada día, semana, mes, perdemos algo que ha costado mucho, incluidas vidas conseguir. La impunidad de los poderosos no debe ser motivo para permanecer impasibles o el derrotismo. Sigamos luchando, protestando, denunciando, difundiendo, apoyando, dar ejemplo es la mejor publicidad. Vamos.

Un comentario en “DECEPCIÓN

  1. Esta es la nueva guerra que el capitalismo y el fascismo, apoyados por la codicia de «los viejos políticos» y la estupidez y ansia de poder de «los nuevos políticos», han creado contra el pueblo.

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