Esta Europa no se parece lo más mínimo a la imagen y concepto que nos han hecho creer durante décadas. El formar parte de ella nos hacía barajar esperanzas en poder defendernos ante la justicia comunitaria cuando la nuestra fallaba,  era la alternativa para conseguir aquello imposible de sacar adelante desde este reino. Se suponía era avalista de legislación protectora de los derechos e intereses de la ciudadanía.

Esta Unión Europea está mostrando su verdadero rostro y sus miserias, se encamina a ser garante sólo ante los intereses de los lobbies, los europeos ya no importan, sólo las multinacionales y los que manejan el dinero. No han dudado en modificar los límites de sustancias contaminantes en el aire para favorecer a las empresas del automóvil aun cuando hay datos que aportan cifras preocupantes de las miles de muertes que provocan directa e indirectamente. Carece de escrúpulos a la hora de imponer recortes con excusas macroeconómicas en los servicios básicos y vitales. Ha dejado de lado el interés por el bienestar de la ciudadanía. De firmar los nuevos tratados donde EEUU hace de conseguidor para multinacionales psicópatas TTIP, TiSA nos van a sumergir en un ocaso con incrementos en los niveles ya intolerables de pobreza, exclusión social, desigualdad, injusticia social, desempleo, desprotección…, a la vez que dejarán que la soberanía nacional pase a un segundo plano dando la prevalencia a los intereses económicos de macroempresas, grupos de presión…

El papel europeo en la crisis de los refugiados nos retrotrae a otro siglo con aberraciones que parecen repetirse. Ha desaparecido la humanidad y la dignidad en las decisiones que toma esta UE. Nada es casual. Que de repente miles de personas emprendan un camino incierto hacia los países europeos huyendo de dos frentes: la guerra y  un régimen totalitario igual de asesino y despiadado no ocurre porque sí. La situación por más que muchos se empeñen en decir que no y en no querer creer nada más allá de lo que inculcan y difunden los políticos y los medios obedece a lo de siempre, a que unos cuantos saquen beneficio, tanto gobiernos dictatoriales como los que se enriquecen vendiendo armas, reconstruyendo tras la destrucción, aportando mercenarios, paramilitares y personal de “seguridad”, quedándose con la explotación de los recursos. Turquía y Marruecos están haciendo negocio con el éxodo de las víctimas de las decisiones de occidente que cuando no ayuda a llegar al poder a vulneradores de Derechos Humanos monta una guerra para sacar rentabilidad. Esta Europa y España han optado por dar dinero para mirar a otro lado e ignorar la tragedia humanitaria que hemos creado. Desde el primer momento no se han puesto medios para que los refugiados  tuviesen un viaje digno y seguro, hemos preferido que se enriquezcan las mafias que trafican con personas y ya de paso los que quedan por el camino son un problema menos.  La ayuda humanitaria que se ha prestado a los desplazados ha sido la de personas de modo particular, asociaciones, plataformas y ONGs. Los gobiernos sólo han colaborado enviando fuerzas de seguridad, colocando vallas y concertinas. Europa se asemeja a un gran campo de exterminio, pronto hemos olvidado lo que hizo la Alemania nazi demasiado parecido a lo que estamos ejecutando en el siglo XXI. Repugnantes las campañas para que sea la propia sociedad la que rechace a los que huyen de la guerra, se dio mucha difusión al ataque a mujeres en Colonia, cuando se sabe que sólo 3 de los 58 detenidos eran  refugiados no se hace propaganda, es mejor que quede la primera impresión lo de repetir mentiras sigue funcionando, consiguen que permanezca en nuestro cerebro las ideas que pretenden.  Los medios y la clase política están provocando el auge y la movilización del fascismo experto en sacar rentabilidad de las situaciones de crisis y el miedo. ¿Qué Europa se va a modelar con el apogeo de partidos de ultraderecha? ¿Vamos a tolerar una Europa que abandona el objetivo del bien común, que legisla contra su propia ciudadanía, que es partícipe de muertes y vulneraciones de los Derechos Humanos, que está al servicio de los poderes económicos? ¿Qué futuro vamos a dejar a las próximas generaciones?

Mientras la precariedad laboral y la semiesclavitud afectaba solo a los que fabrican productos que compramos baratos no nos ha interesado y continua sin hacerlo, esos comercios siguen llenos de consumidores consumistas, ahora importamos esas condiciones laborales y nos convertimos en mano de obra barata sin derechos, ser pobre trabajando es la realidad que tenemos por no haber sido solidarios ni comportarnos y exigir como una sociedad responsable.

Quizá algún día seamos nosotros los que huyamos de una guerra, quizá algún día nos toque también sufrir lo mismo que padecen quienes huyen de conflictos armados, terrorismo, dictadores, asesinos o genocidas, quizá nos encontremos también fronteras cerradas coronadas de cuchillas y tampoco le importemos a la mayoría.

Más nos valdría dejar el inmovilismo y exigirles a los políticos de la UE, empezando por los nuestros. Ellos hacen lo que les dejamos hacer por lo tanto mirar a otro lado nos hace cómplices. Igual que conmociona y avergüenza ver lo que ocurrió con los judíos en la Alemania de Hitler mientras la ciudadanía alemana callaba o no quería saber lo hará nuestra actitud ante la situación actual. ¿Qué es esto que estamos viviendo? No seamos espectadores, seamos constructores. Despertemos.