A un mes escaso de las elecciones tenemos a algunos líderes de campaña electoral en Venezuela o hablando de los problemas venezolanos. Los mismos que no se han pronunciado por los Derechos Humanos que se vulneran en la valla de Melilla, que callaron cuando se disparaba a africanos en nuestras costas exhaustos y desarmados o que dicen que no existen las graves heridas de aquellos que se encaraman a las cuchillas. Los que niegan las consecuencias de la pobreza que han generado las políticas de derechas y la austeridad suicida. Los que no ven las colas en los comedores sociales ni en las oficinas de desempleo y tienen la poca vergüenza de achacar a otros partidos, organizaciones… alarmismo sin justificación.
Defienden la libertad en Venezuela mientras aquí nos recortan libertades y convierten derechos básicos en delitos. Curioso que llamen oposición a partidos cuyos líderes pretenden un golpe de estado, que digan que es una dictadura cuando se les ha permitido ir a su parlamento y atacar al presidente. ¿En las dictaduras se vota? Una cosa es que se critique a un gobierno y otra que se invente una realidad que solo existe en su imaginario neoliberal.
Mirando hacia el reino, no queda mucho para volver a jugarnos el futuro en las urnas. Para elegir a quienes dirigirán las políticas aquí y no al otro lado del charco. Me resulta increíble e indignante que de igual los casos de corrupción y de comportamientos mafiosos que estamos conociendo del partido más votado porque parece que no pierde apoyos por más miembros que estén inmersos en casos de corrupción o bajo sospecha.
Hemos comenzado el año con las consecuencias de las injustas leyes del PP muchas aprobadas en solitario y sin debate. Leo en prensa como cada vez hay más personas sobre las que recaen acusaciones, condenas y sentencias que no deberían aceptarse en una democracia. Seguimos con carencias en los servicios básicos mientras tenemos que escuchar o leer las astronómicas cifras que se han desviado al bolsillo de sobornables y sobornadores, con las que no hubiese habido excusa para los recortes.
Este cualificado y estupendo gobierno, debe serlo con tanto voto, nos ha llevado a una situación que sin querer ser catastrofista creo que se va a parecer a la de Grecia. No han cumplido el objetivo de déficit (motivo que argumentaban para aplicar recortes) ni un solo año de la legislatura. La deuda ya supera el 100% del PIB y cada vez será más impagable y si se paga se hará a base de más recortes que repercutirán, como siempre, en la población más vulnerable. Europa participa en la campaña del PP aplazando la sanción que nos tienen preparada por no cumplir y callan la batería de nuevos “ajustes” que nos van a exigir.
Hemos llegado a una situación en la que quienes nos gobiernan no son los que emanan de las urnas, sino algunos no elegidos que controlan la UE.
Es tiempo de promesas que se quedarán sólo en eso. Es tiempo de poner en una balanza cuales son nuestras prioridades y qué formaciones se acercan más a ellas. Todo está peor que hace cinco años. Los que no han dejado de usar como recurso la “herencia recibida” dejan a quien gobierne un auténtico solar, con la “hucha de las pensiones” tocando fondo, con precariedad en sanidad, educación y otros servicios públicos. Con una clase trabajadora, ya sea asalariada, autónoma o pymes, con unos ingresos que empobrecen y no dejan que se viva con las necesidades básicas cubiertas. Con cientos de miles de personas sobre todo jóvenes, bien preparados exiliados por las reformas que el PP ha aplicado y que les cercenan el futuro a ellos directamente y al resto de la ciudadanía indirectamente ya que desarrollarán su potencial en otros países y no aquí.
Esperemos que lo que emane de la suma de nuestros votos comparta nuestras inquietudes y esté dispuesto a preocuparse de nuestras necesidades. Esperemos que haya entereza para parar a una Europa empeñada en que el sur se dedique a sectores temporales como el turismo y a imponer una mano de obra barata que dista mucho de ese “sueño europeo” que nos “vendieron”.
No olvidemos que algunos expertos hablan de una nueva crisis y otra recesión. ¿Quién quieres que nos gobierne cuando lleguen?
El inmovilismo y la abstención alimentan a los peores y la falta de espíritu crítico y el conformismo les dan la mayoría.
No te duermas, el presente y el futuro están en juego. Y salga quien salga no dejemos las movilizaciones y las exigencias, porque aunque a los políticos se les olvide, están a nuestro servicio y no para servirse de nosotros.
No se puede esperar otra cosa de un@s ciudadan@s que salen en masa a celebrar una final de futbol, pero se quedan en casita cuando les roban derechos laborales, sanitarios, sociales, de libertad de expresión…….y muchos mas.
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