Hay que sumar a la conmoción, el dolor y la rabia tras el atentado en Barcelona las repugnantes declaraciones, mensajes en redes sociales, de gentes que no desaprovechan la oportunidad para exhibir impunemente racismo, xenofobia, intolerancia, discursos del odio y la confrontación. Tampoco ha faltado de esos mismos altavoces ataques a la población catalana en general o a quienes defienden el independentismo o el derecho a un referéndum.
Leía en CNN un artículo de Jim Sciutto sobre las similitudes entre el KKK y los yihadistas islámicos que desde luego recomiendo. Cuando el autor se refiere al KKK me recordó al movimiento ultracátolico en nuestro país, a los melancólicos de la dictadura y el autoritarismo franquista y fascista. La religión como excusa pero no como motivo. La cosificación “del otro” que abona el odio e incrementa el victimismo y la ofuscación.
Tras el atentado hemos podido ver, leer y escuchar dos formas de encarar la tragedia, la solidaridad de todas las personas que han colaborado con las víctimas: personal sanitario que no estaba de servicio, donantes de sangre, taxistas ofreciendo gratis sus vehículos, vecinos ofreciendo alojamiento, trabajadores parando su huelga … Y la de los otros, los que escupen odio desde redes sociales, algunos periodistas y tertulianos con discursos excluyentes y generalistas, distorsionadores de la realidad, que llaman radicales a cualquiera que defienda derechos y libertades cuando los extremistas de nuestra sociedad son ellos.
Tenemos un grave problema y es que enfocamos las consecuencias y no el origen de lo que ocurre. Por eso las mentiras y omisiones calan en gran parte de la ciudadanía, sobre todo en quienes no quieren buscar ni reflexionar y prefieren que sean otros los que les aporten conclusiones sin plantearse quién las regala y por qué.
No han tardado en salir a la calle los fascistas ni en atacar lugares frecuentados por musulmanes y arábes. A esta chusma es a la que hay aislar porque son como los yihadistas. Necesitan demonizar y excluir para sentirse importantes.
No olvidemos que los atentados de los radicales islámicos causan centenares de muertes en los países musulmanes, no olvidemos que son armados por países aliados, no olvidemos que son utilizados por fines económicos y estratégicos, no olvidemos que nuestros gobiernos no actúan en el origen del problema y que más bien son colaboradores indirectos.
Me preocupa que el Ministerio de Interior y el gobierno catalán no estén de acuerdo en cuanto a si se ha desarticulado esta banda de asesinos, que haya argumentos donde se acusan unos y otros de no haber compartido información o aplicado medidas preventivas, porque generan incertidumbre y desconfianza. Yo les pediría a todos los partidos políticos que no usen lo que ha ocurrido para ganar votos, a veces, olvidan que están a nuestro servicio y no para servirse del pueblo.
Odio la violencia pero toda la violencia no solo la que nos enfocan los medios. ¿Has visto en televisión alguna alusión al atropello perpetrado por un colono judío contra niños palestinos? ¿Sabes lo que está pasando en Yemen y que nuestro reino les vende armas a los asesinos? ¿Te has informado de qué gobiernos han facilitado que lleguen al poder dictadores y terroristas? El exceso de información nos desinforma. La cobertura mediática ha sido exagerada, los telediarios olvidan siquiera mencionar otras noticias, ¿cuántos han hablado de un nuevo caso de terrorismo machista?
“La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica porque destruye los cerebros” Noam Chomsky.
Vivimos en la sociedad de la imagen, lo queremos todo rápido y resumido, por eso fácilmente nos hacen creer en mentiras en tergiversaciones interesadas de la realidad. No entres en su juego. No extiendas bulos. No colabores en difundir imágenes que solo buscan morbo no respetando a víctimas y sus familias.
Reflexionemos y no nos dejemos llevar por lo fácil.
Digamos NO al odio, la islamofobia, el racismo, la xenofobia y a todas las conductas y argumentos que solo buscan señalar y criminalizar.
Ni la Ley Mordaza ni la reforma del Código Penal parecen haber servido para evitar lo que ha pasado, eso sí han llevado al juzgado a quienes nunca debieron pasar por allí y que en algunos casos han terminado en la cárcel.
NO A LA GUERRA, A TODAS LAS GUERRAS. NO AL TERRORISMO, A TODOS LOS TERRORISMOS.
TODO EL APOYO, CONDOLENCIAS Y SOLIDARIDAD CON LAS VÍCTIMAS, A TODAS LAS VÍCTIMAS